El teletrabajo no tiene por qué llevar implícito encerrarse en casa e ir a la oficina de vez en cuando, eliminando las ventajas de la socialización, tomar el aire, comunicarse con el entorno más cercano o encontrar la creatividad en otros. El hecho de que cada día hay más localidades, incluso pequeños pueblos y barrios, con espacios de coworking u oficinas flexibles, hace que no nos tengamos que aislar del mundo para seguir con nuestras tareas diarias.

El teletrabajo llegó años atrás al mundo y se ha afianzado durante la pandemia para quedarse definitivamente, tanto en las pequeñas empresas, como en las grandes corporaciones. Y una de las elecciones mayoritarias se basa en el trabajo híbrido, tomando lo bueno de uno y otro mundo laboral.

Todos o prácticamente todos los responsables de espacios de coworking somos sinceros en esto, y es que, aunque sí lo es para una gran mayoría, esta no es una forma de trabajar conveniente o que se adapte a todo el mundo. Normalmente, la productividad y concentración aumentan, los lazos laborales y de compañerismo se incrementan, junto a otras muchas virtudes de las oficinas flexibles. Pero lo mejor, antes de tomar una decisión, es sopesar cuáles son las ventajas e inconvenientes que cada modalidad de trabajo conlleva, comparando, en nuestro caso, el coworking con las oficinas privadas.

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Al coworking se apuntan muchos, aunque no sea su sector ni la forma más ortodoxa de implantarse. Últimamente hoteles y hasta cafeterías se introducen en este mundo, ofreciendo la posibilidad de llevar el ordenador portátil atraídos por el olor a granos tostados y molidos. En toda oficina flexible que se precie, las bebidas calientes como el café y el té, son utilizados como excusa perfecta para darse un descanso o entablar una interesante conversación con compañeros.

Como siempre, nos alegramos de dar buenas noticias en el sector del coworking, ya que se va expandiendo de forma paulatina una fórmula de trabajo ganadora, como la que implantamos en San Pedro Alcántara desde el año 2013, en la que se queda una buena mayoría de quienes prueban las facilidades y ventajas de un espacio colaborativo u oficina flexible, tanto si se permanece en ella, como si se prefiere un modelo híbrido que incluya la casa o la oficina de la empresa para la que trabajamos.